Hace sólo unos pocos días, Taylor Swift sorprendía a todos con su cambio de look completo en la portada de Vogue USA de mayo.

“Pensamos que podíamos transformar a Taylor –que es una chica muy hermosa, pero bastante conservadora en sus elecciones de moda– y convertirla en una niña rock and roll a lo Hedi Slimane. Se sintió muy cómoda y le encantó el look así que espero que lo mantenga”, explicó Anna Wintour, la editora de la publicación.
Y sí, todos pensamos que se trataba de un estilismo especial para la producción, que de hecho, le quedaba mucho mejor que el estilo con el que nos tenía acostumbrados desde que se hizo mundialmente conocida.
A pesar de que cambió su forma de vestir cuando dejó de cantar música country para dedicarse al pop, nunca se mostró muy jugada ni divertida.
Las vinchas, los cortes carré, el maquillaje perfecto, los stilettos altísimos, los vestidos aniñados y la gama de colores que usaba le agregaban años y le sacaban onda.
Pero desde que se tiñó el pelo y se mostró mucho más rockera, le tomó el gustito y apareció en Coachella con otro look muy canchero. Así que sí: el deseo de Wintour se cumplió.

Días más tarde, en la gala del Met del último lunes, apareció con los labios de color negro, un vestido metalizado, híper corto de Louis Vuitton y con el pelo despeinado y posó irreverente ante las cámaras.

Pero eso no es todo: con los looks de streetstyle pasó lo mismo. La rubia comenzó a usar jeans más ajustados, collares chocker, zapatillas de lona, chaquetas de cuero, estampas grunge y hasta botas con plataforma de goma.
 ¿Qué te parece? ¡A mí me encaaaanta! ♥