Tener una vida más creativa
Solemos relacionar a “lo creativo” solamente con el ámbito artístico o profesional, pero lo cierto es que se traduce a todas las áreas de nuestras vidas. En el episodio número 7 de mi podcast “en una palmera” hablo de todo eso y cómo lograr llevar una vida plena y llena de nuevas experiencias.
En base a mis vivencias, enumeré algunos pasos que podés seguir para lograr conectar con tu intención y ser fiel a tu esencia creativa en todas las áreas de tu vida:
Fluír con la situación y ser espontáneos. Las ideas no aparecen cuando nos presionamos a que salgan, es casi imposible que pase de esa forma. Me di cuenta de que lo mejor sale cuando estamos disfrutando realmente la vida: como cuando estamos andando en bici, bañándonos en el mar o hablando con un amigo. Pocas veces las mejores ideas ocurren cuando estamos presionados por trabajar y producir. Permitirnos ser espontáneos es algo que se ha dejado de hacer mucho y como sociedad, estamos muy automatizados a hacer ciertas cosas tal día de la semana, en tal momento del día, que una cosa distinta ya nos descoloca.
Lo original va a aparecer cuando estés relajado y a gusto con la situación. definitivamente no va a aflorar en una oficina con 10 personas encerradas, vestidas con ropa incómoda, con sueño, con aburrimiento y sabiendo que hoy, mañana y pasado van a hacer lo mismo cada día. O por lo menos para mí. ¿Viste cuando estás en un trabajo corporativo y te dicen “vamos a hacer una reunión creativa?” pero te proponen el mismo escenario siempre y encima te presionan? nada bueno puede salir de ahí.
Hay un concepto que es el de “lluvia de ideas» que me parece genial, y tiene que ver con hacer cosas distintas para fomentar la creatividad. Se trata de crear nuevas conexiones neuronales que hacen que de lo viejo salga algo nuevo. Siempre se habló de la concentración y de estar centrado en lo que hay que crear, poniendo como contracara a la divagación mental, que sería dejar que los pensamientos estén un poco más liberados, a su ritmo, espontáneos, fluidos. Pero se encontró en unos estudios que cuando la mente divaga por algo que le interesa, las personas eran más felices que cuando estaban concentradas en sólo una tarea.
Es por eso que las ideas siempre salen cuando estás en la ducha, cuando estás andando en bici o cocinando. ¡Por más momentos como estos, entonces!
Preguntarse si lo que estoy haciendo me tiene a gusto o no, si es lo que quiero hacer, lo que quiero crear. Si no estamos conectados a nuestra intención y nuestra misión, es un poco más difícil que la creatividad fluya. Para sacar ese tesoro que hay en vos, tiene que haber algo que te emocione, que te haga ir más allá. Si estás pasando por un momento en que estás haciendo algo que no te inspira, pero no te queda otra, tranquilo, todos hemos pasado por ahí. Lo bueno es que eso te puede servir de referencia para lo que NO.
Tener las necesidades básicas cubiertas. Cuando nuestro cuerpo está en alerta, no puede estar en modo creativo, porque toda nuestra energía está puesta en sobrevivir, sea cual sea el “peligro” por cual estés pasando, aunque no sea un peligro real y sea algo que creaste en tu cabeza. Y con tener estas necesidades básicas cubiertas me refiero a dormir bien, comer bien, tener higiene en tu espacio, higiene mental, moverse, etc.
Compartir con otros. A veces, cuando tenemos que cumplir con alguna tarea pensamos que si nos encerramos a trabajar va a ser efectivo. Pero sabemos que no es así directamente. Podés estar 3 horas intentando trabajar pero sin buenos frutos. Me acuerdo que me pasaba mucho cuando estudiaba mi licenciatura, que pasaba incluso meses estudiando y cuando iba a rendir desaprobaba. Mucho tiempo en la silla no equivale al éxito del resultado. Además, cuando sales y conectas con otras personas, pueden darte el empujón, la inspiración o alguna palabra o concepto que te sirva para tu proyecto.
Siempre es bueno socializar, no caigas en la trampa de no hacerlo. Otra buena opción es colaborar con un colega tuyo o alguien que te inspire a crear algo nuevo. Compartir y co-crear es la clave, porque te va a hacer salir de tu burbuja y te va a mostrar otras posibilidades que solo no las ibas a ver.
Mirar lo que hacen los demás, pero no tanto. Meterte de lleno en lo que los demás hacen puede hacer que te confundas, que te olvides de tu originalidad y que aplaques tu voz, pensando que “¿por qué vas a crear algo nuevo si ya está todo creado?”, o “¿Por qué vas a hacer ‘eso’ si ya hay gente que lo hace y encima mejor que vos?” Ya lo perfecciona y todo.
Es bueno tomar inspiraciones, conocer las tendencias, ver qué es lo que ya se está haciendo en ese área, pero sí saber cuando centrarse un poco más en su creación, es un plus que te va a facilitar todo. ¿Cuándo? no te lo puedo decir, porque es algo personal, es un balance interno que cada uno encuentra.
“Obligarte” a crear. Puede sonar un poco fuerte, pero si esperas que la motivación y la inspiración lleguen solas, es una trampa. Porque comenzamos a depender de otros factores que se van interponiendo en el camino y eso que tanto querés hacer queda para mañana, pasado o dentro de dos meses. Las personas que crean sistemáticamente es porque lo convirtieron en un hábito: tienen un horario en el que siempre, tengan o no ganas, están escribiendo, pintando, planificando, investigando, etc.
Y esto lo digo por experiencia propia: cuando me pongo a escribir este podcast, puedo estar muchos días “esperando” a la motivación, pero si me decido a terminarlo, lo termino y lo publico. ¿Puede parecer un poco aburrido? Sí, pero en todo proceso hay una parte de lucirse, de terminarlo, de verlo realizado, pero también hay otra parte de introspección, de procesos, de preparación, y eso también requiere su tiempo.
Hay una frase que me encanta y es “No esperes por la inspiración, llega mientras estás trabajando” ¡y es cierto! Dicen que si pasas varios minutos, como unos 10 o 15, haciendo algo, luego aumentan las oportunidades de compenetrarse con eso. Es como con el ejercicio, a veces no querés, pero sabes que luego de esa sesión de al menos 20 minutos, tu momento, tu día, tu cuerpo, tu forma de sentir, cambia. Y sabés que hiciste algo que mucho no tenías ganas, pero lo hiciste por vos. Porque estamos muy acostumbrados socialmente a hacer las cosas que no queremos por los demás; trabajo, familia, obligaciones sociales, etc, pero para nosotros, a veces se olvida un poco eso.
*Del episodio 7 de “En una palmera podcast”. Escuchalo en #YouTube o #Spotify