El sabor del deseo: la comida como nuevo símbolo

La comida siempre fue parte del marketing, pero ahora deja de ser un simple contexto: se convierte en protagonista. En 2025, lo comestible es estético, aspiracional y viral. Genera deseo, despierta recuerdos y conecta emocionalmente con las audiencias.
¿Por qué pasa esto?
Porque la comida es sensorial. En un mundo sobreproducido y saturado de imágenes digitales, lo comestible aporta realismo y calidez. Nos recuerda a algo tangible, familiar, emocional. Como dice la psicóloga de moda Jennifer Heinen: «La comida es el sistema de diseño emocional más potente que existe.»
No es casual que el food styling esté en auge. Marcas como Rhode, Loewe, Chanel e incluso creadoras como Emma Chamberlain lo saben: una cereza bien iluminada o una mesa de desayuno pueden hacer que un producto destaque más que cualquier eslogan.



Perfumes rodeados de frutas jugosas, cremas junto a bandejas de postres o joyas sobre croissants: no son elecciones al azar, son decisiones estratégicas que apelan a lo sensorial. Porque en un mundo saturado de contenido, lo táctil, lo real y lo emocional capturan la atención.
La comida ya no solo alimenta el cuerpo. Hoy alimenta el deseo, la estética y el branding.
En resumen:
- La comida es táctil, emocional y tangible.
- Se conecta con recuerdos, herencias y sensaciones reales.
- Actúa como símbolo en un mundo cada vez más digital y sintético.
- Es visualmente irresistible y altamente compartible.
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Mercury Coder
This piece brilliantly highlights how food styling creates deep emotional connections, making brands more relatable. It’s fascinating to see how tangible and sensory food elements outperform slogans in capturing attention and desire.